martes, 14 de diciembre de 2010

continuación capitulo 2

Muy asustada por lo que sucedía, Alicia, se acercaba lentamente, sin darse cuenta, a una de las ventanas de la habitación de Mariana. Ya se encontraba contra una de ellas. No le quedaba salida, tenía solo dos opciones; enfrentar a la bestia que poseía el cuerpo de su hija de cinco años o saltar por la ventana. No le quedaba tiempo, ya que la criatura de ojos y dientes brillantes, de rojo y furia, se aproximaban en busca de más sangre, puesto que la que tenía en los labios ya estaba seca.

- Ya no tienes salida – dijo sonriendo – dame esa paloma, mami. No quiero hacerte daño.

Las esquinas de sus labios se estiraron aun mas, exponiendo unos ordenados y afilados dientes. Continúo acercándose, pero algo empezó a escucharse en su pecho. Eran gruñidos. La bestia en su interior gritaba por comida y no le importaba como tuviera que conseguirla.

Afuera, en el patio, se escuchaban las risas y conversaciones despreocupadas de los invitados, tanto de adultos como niños. Se escuchaban el ir y venir de pasos, unos más livianos, otros más pesados; unos más rápidos, y otros simplemente no se escuchaban. Fue en ese momento, cuando Mariana llego a estar en frente, a solo un paso de su madre, y con unos ojos tiernos, relucientes de pureza, extendió su mano y dijo:

- Mami, por favor, devuélveme la paloma. De verdad, de verdad, que no te quiero hacer daño.

- Mi amor... por favor... no

Alicia no sabía que hacer. En su cabeza había una guerra entre la sobre vivencia y lo racional. ¿qué debía hacer? ¿darle la paloma a su hija para vivir? O ¿permanecer firme y enseñare que eso no era comida? ¿educarla o malcriarla? ¿Cómo podía elegir sin saber como esto estaba pasando y que sería lo que iba a ocurrir después? El debate interno la tenia petrificada. Parecía muerta, pero mariana sabia que no lo estaba, puesto que notaba el correr de sangre por sus venas y escuchaba claramente el latir de su corazón.

Sonriendo, mientras se le escapa un gruñido, bajo pero amenazador, volvió a hablar:

- Mami, devuélvemela. ¡AHORA! El tiempo de conversar se acabó. Tengo hambre y voy a comer si o si.

- Mariana – mariana se detuvo y observo a su madre mientras hablaba – por favor, por favor dime… ¿Por qué estas haciendo esto?

- Jajajaja…. Si te respondo, ¿me devolveras la paloma? – dijo mientras se secaba las lagrimas de los ojos, producto del ataque de risa que las palabras de su madre le generaron.

- Si, te la entregare, pero antes contéstame… ¡¿por que?!

- - Esta bien.. esta bien… te lo contare. Es porque tengo hambre. – se arreglo el cabello. Alicia permaneció en silencio, esperando lo que iba a decir. – sabes, mamá, hace un tiempo me di cuenta que era distinta. Que no me llenaba con la comida que tu y papá me daban. ¿recuerdas esa ves que casi nos quedamos a campar con le tío Carlos? - Alicia respondió que “si” con un gesto de cabeza, mientras en su entre ceño se fruncía, por no entender su relación – bien – prosiguió- ese día me encontré con un hombre reluciente, el me dijo que era distinta, y sabes.. tenia razón… el me dio a beber sangre humana y por primera vez en mi vida me sentí llena, sin ganas de comer mas…. Era sabrosa… recuerdo como me caía por los labios y como corria, suave y tibia, por mi manos. - mariana, esta ya con los ojos cerrados, rememorando este recuerdo, que para ella, era tan dulce como el chocolate. La boca se le hacia agua, mientras en su mente recordaba cada detalle de aquella situación. – bueno…-dijo volviendo a la realidad – esa fue la primera y ultima vez que bebí sangre humana. Después de unos días empece a tener hambre de nuevo, necesitaba comer, pero… no era capaz de hacerles daño, ni a ti ni papá… simplemente no podía.en medio de la desesperación por comida, vi uno de los gatos de la Sra. Carmen.. creo que se llamaba Sr. Bolita, no estoy segura – dijo encogiéndose de hombros, puesto que ese detalle no importaba demasiado – y … pues… me lo comí.

- - ¡¿Te lo comiste?!

- - Es decir… mas o menos… de comer comer no, pero si lo deje seco.

- - ¡Como seco?!

- - Me bebi toda su sangre. Lo estruje hasta que tronaron todos sus huesos. Lo deje sin una gota de ese brebaje en todo su cuerpo.

- - Tu… tu… tu no lo hiciste – solto Alicia con lagrimas en los ojos – tu no pudiste hacer eso porque.. porque…

- - Porque soy una niña pequeña? Por que esto noparece real? Lamento deceocionarte mami, - sonrió- pero ya respondi tu pregunta.. asique ahora es tiempo de comer. - diceindo esto se lanzo contra su madre.

- - Aahhhh!!!!